EL HIJO PERDIDO
de Marghanita Laski
Anne Seba: "... uno de los finales más conmovedores de la literatura de ficción del siglo XX".
"Recordó entonces que a Lisa siempre le había asustado la felicidad, y siempre había imaginado que unos dioses celosos acechaban para arrebatársela".
"Había escogido los libros para ese viaje principalmente por su extensión, libros bien pensados que lo mantendrían aplastado durante horas. Sostuvo la pila en las manos mientras se preguntaba cuál elegir. Había una novela de Henry James; algo de Peacock; el incomparable Swift; los poemas de Clough, que Hilary llevaba tiempo queriendo leer, y Dombey e hijo".
***
Venía de una gran lectura y la que hice a continuación, aunque de un modo muy diferente, no lo fue menos. En EL HIJO PERDIDO (1949), de Marghanita Laski me encontré con una magnífica novela, escrita con sencillez, pero con gran inteligencia. Una novela que sentí que la autora la tenía perfectamente trazada en su cabeza antes de ponerse a escribirla.
Hilary Wainwright, un soldado y poeta inglés, viaja en 1945 para buscar a su hijo perdido a una Francia de posguerra asolada, en un clima de desconfianza y con el grave problema de la escasez de suministros. La búsqueda irá paralela a la lucha interior que en Hilary tendrá lugar tratando de encontrar el valor para superar el dolor de la pérdida y dar con el modo de volver a amar contendiendo con su miedo a volver a sufrir; recuperar la ternura cuando sabe que al derribar las corazas será más vulnerable.
Una novela sobre el horror de la guerra y sus secuelas, sobre las terribles consecuencias para los más indefensos. Sobre el margen de elección ante las disyuntivas morales. Sobre cómo recomponerse después y desde la honestidad con las propias flaquezas, estableciendo un compromiso con el sentido del deber. Una novela sobre el amor, dolorosa y emotiva.
Leed esta novela. Os dejará profundamente enternecidos y admirados por el talento de la autora. Yo me la leí en dos días y si hubiera podido me la habría leído del tirón. Para ilustrar lo que experimentaba con su lectura os comparto la situación familiar que se dio. Mi marido me comentó algo que no escuché y mi hija le dijo: "no le digas ahora nada, que está, pero no está". Absorbente y perfecta de principio a fin.
Muy interesante también el epílogo escrito por Anne Seba. No he querido entrar en demasiados detalles para que disfrutéis aún más tanto de la novela como del epílogo.
Texto y fotografía: Ana Martínez García.
No hay comentarios:
Publicar un comentario