Bienvenidos

miércoles, 28 de septiembre de 2022

LA CHAISE-LONGUE VICTORIANA

de Marghanita Laski


Cuántos hemos soñado a menudo que viajamos al pasado. Muchos a la época victoriana. Pero, eh, como fantasmas que observan sin peligro alguno y que podrán regresar a sus casas en cuanto lo deseen. Sabemos que los ojos del terror y el desaliento se ocultan entre los pliegues desgarrados de la historia, pero les daremos unas convenientes puntadas que oculten las realidades más crudas; es nuestro sueño.

Pero, ¿y si el sueño se convirtiera en pesadilla cuando ni siquiera nos hubiéramos propuesto soñar? "No, en estos momentos, débil y cansada, no puedo permitirme tan largo viaje al pasado". Claro, que si como Melanie Langdon tienes en casa una Chaise-Longue victoriana, tal vez seas arrastrada contra tu voluntad y pierdas el control de lo que sueñes. ¿O no es un sueño?

En LA CHAISE-LONGUE VICTORIANA, de Marghanita Laski estamos ante una angustiosa novela que se lee de una sentada. Eso sí, levantando la vista del libro de ven en cuando para mirar en derredor y asegurarte que sigues en tu casa y en tu época. Aunque ese olor... ¿Qué es ese olor putrefacto que se desprende de los bajos de las paredes como si la tierra se removiera en sus cimientos? Y es que Marghanita Laski consigue algo en esta novela que nunca antes me había ocurrido, que el olor del pasado pueda ser como un ente vivo, aunque podrido, que me diera la medida exacta del horror.

Cómo dos novelas, 'El hijo perdido' y LA CHAISE-LONGUE VICTORIANA, escritas por la misma autora pueden ser tan diferentes, pero igual de absorbentes. Y si bien yo siempre doy preferencia a la emoción y 'El hijo perdido' me conmovió profundamente, esta segunda novela viene con cajón de doble fondo. Tomen nota: una lectura pendiente y también muy sobrecogedora, 'El papel pintado amarillo', de Charlotte Perkins Gilman, relato del que bebe Marghanita Laski o que lo homenajea como dice Isabel Núñez en el prólogo, y que les permite a ambas escritoras una efectiva crítica feminista; me trajo también una serie de los ochenta que me fascinó en su momento y volveré a ver sin duda, 'Misterio para tres' se titulaba, y una película de terror, 'Al morir la noche' -The haunted mirror- (1945). No está nada mal para ciento treinta y nueve páginas. 

*'El papel pintado amarillo', de Charlotte Perkins Gilman, pertenece al tomo de Akal, FANTASMAS. RELATOS VICTORIANOS Y EDUARDIANOS, edición anotada y traducida por Antonio Ballesteros González y Julio Ángel Olivares Merino. Este relato lo leí a continuación y próximamente os hablaré de él con más detenimiento.

Texto y fotografía: Ana Martínez García. 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario