Colgante "Gatito negro".

Colgante en bronce con cabuchón de cristal para realzar y proteger la imagen tratada con decoupage. Lleva un cordón marrón. 


El colgante está colocado sobre un libro extraordinario de la editorial Impedimenta: Soy un gato de Natsume Sôseki. Magnífico libro en el que un extraordinario narrador, un gato descarado e inteligente, narra el transcurrir cotidiano de sus dueños y de los amigos que visitan la casa.


Ahora, antes de proseguir, quiero dar las GRACIAS A TODAS AQUELLAS PERSONAS QUE HABÉIS TENIDO LA AMABILIDAD DE DEJAR UN COMENTARIO. Vuestro gesto me produce una gran alegría. Cada día me siento más feliz por haber comenzado este blog y por visitaros cuando presentáis una nueva creación. Este universo artístico es algo especial y enriquecedor del que se aprende y del que se disfruta. Se conoce a muchísima gente interesante, que te muestra lo mejor de sí misma. A menudo nos cruzamos por la calle con infinidad de personas de las que apenas conocemos nada, su aspecto nos puede dar una idea equivocada o no de cómo son realmente, pero no vemos su lado artístico, lo que su interior tiene que aportar.  A través de los blogs nos sucede lo contrario. 

Me viene a la memoria una poesía maravillosa del gran poeta francés Charles Baudelaire sobre los encuentros fortuitos y efímeros en nuestro caminar por las calles. Os la escribo a continuación. Estoy segura de que os gustará recordarla si ya la conocíais y os será grato descubrirla a quienes no la habíais leído nunca. Pertenece a sus Cuadros Parisienses.


A UNA TRANSEUNTE

La calle atronadora en torno a mí gritaba.
Alta, esbelta, de luto, mayestática pena,
una mujer pasó, levantando el festón,
meciendo el dobladillo con mano fastuosa;

ágil y noble iba, con sus piernas de estatua.
Crispado como un loco, yo bebía en sus ojos,
firmamento morado que gesta un huracán,
el dulzor que fascina y el deleite que mata.

Un rayo... ¡luego noche! -Fugitiva belleza
cuya mirada me ha hecho de pronto renacer,
¿no te veré de nuevo más que en la eternidad?

¡en otra parte, lejos, ya tarde! ¡nunca acaso!,
pues no sé adónde huyes e ignoras dónde voy,
¡tú a quien hubiese amado, tú que ya lo sabías!

Espero que tengáis un buen día, lleno de gratos momentos y que en vuestros talleres germinen obras hermosas, fusión de todo lo bello que en vuestros interiores vive.