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sábado, 18 de enero de 2020


~TIEMPOS DIFÍCILES~
de Charles Dickens




Llevo unos años que leo a Charles Dickens en Navidad y es que no hay un escritor que parezca más idóneo para estas fiestas que él.  De hecho, se dice que Dickens inventó la Navidad y qué mejor que acudir a sus libros, sobre todo si te ocurre como a mí que piensas que es la celebración más hipócrita de cuantas existen. He tenido que crearme unas propias, volver a cuando era niña y todavía creía en ella y agarrarme a lo que descubrí entonces, que solo existe de verdad en los libros, lo demás, solo es un espejismo.  El espíritu con el que las identificamos recorre las historias de Dickens y es un espíritu de bondad y de comprensión con el prójimo. Apela a nuestros mejores sentimientos y en esa realidad que denunciaba, entre conocimiento objetivo y creación literaria, logró concienciar de tal modo que muchas de las mejoras sociales que se hicieron se deben de un modo u otro a él. En estos tiempos que todavía las calles están llenas de seres invisibles a los que no se mira no vaya a ser que nos veamos a nosotros mismos, todos deberíamos leer y releer a Dickens. Los malos críticos de este escritor, los que no saben leer sus libros, le han reprochado su exceso de sentimentalismo y de drama, pero fue precisamente gracias a su maestría en manejarse en estos los que pusieron el foco sobre los que eran explotados y maltratados por una sociedad industrial feroz, fría e inhumana. Sus personajes tan exacerbados gritaban de un modo perfecto su desamparo. Él mismo había sido uno de ellos y vivió en su propia carne la invisibilidad y los rigores de las desigualdades sociales, por lo que dotaría a sus personajes de tal sustancia literaria que no dejara indiferente a nadie y que mostraran toda la profunda humanidad de los más débiles, moviendo las conciencias a la vez que nos hacía disfrutar con su enorme imaginación.

TIEMPOS DIFÍCILES es una magnífica novela, no tan extensa como otras de este escritor, pero en la que se dan cita sus características habituales: denuncia social a través de tramas dramáticas y personajes con personalidades muy marcadas, muy literarias. En ella resalta los efectos negativos de un sistema educativo que prioriza los conocimientos prácticos y ahoga con determinación toda manifestación de la imaginación, creyéndola perniciosa y condena todo aquello que pueda alimentarla. De este modos los niños crecen en tal aridez que les condena a un aburrimiento e insatisfacción perpetua. El señor Thomas Gradgrind, director de una escuela donde imparten este sistema educativo, es un hombre bienintencionado, pero dramáticamente equivocado en su convencimiento absoluto de cómo se debe formar a los pequeños despojándolos de todo asomo de fantasía infantil. El futuro le traerá la evidencia de lo desastroso de este proceder y tendrá que ver las lamentables consecuencias en sus propios hijos: Tom y Louisa -"Louisa, ¡nunca imagines!"-. Por otro lado, se nos muestran las terribles condiciones en las que viven los trabajadores de las fábricas y las infames diferencias entre las clases altas y estos, que acaban envilecidos o aplastados. Su socio y empresario, Josiah Bounderby, que tiene bajo su yugo a sus trabajadores, representa a ese hombre que se ha hecho a sí mismo y no pierde ocasión de hinchar pecho y explicárselo a todo el mundo y todo el tiempo, resultando exasperante hasta la náusea y que entiende justificado su trato a los trabajadores por haberlo tenido todo en contra y haber encontrado el modo de enriquecerse sin agarrarse a "pamplinas".

Charles Dickens puede en las tramas dar soluciones un poco inverosimiles, pero siempre las resuelve con una soltura extraordinaria, nada parece forzado, es un fluir de su pluma inagotable, emotivo y emocionante; son tan imaginativas, es tan grande su talento, su poder de creación, que no las quisieras de otro modo. Y sus personajes, ¡qué personajes! Todos son inolvidables. De todos podrían salir nuevas novelas, bifurcarse sus obras hasta el infinito. Sus descripciones que a veces se le reprochan por tan extensas y minuciosas en esta novela están en su justa medida para representar la ciudad industrial con su fábrica-monstruo y ver sus calles y a quienes caminan por ellas con gran nitidez, como si aparecieran en holograma ante tus ojos. ¡Una maravilla!

Como os decía, todos sus personajes son muy interesantes, pero en esta novela son las mujeres las más destacables y me quedo con dos que son antagonistas, aunque a una no le importa absolutamente nada la otra. Louisa y la señora Sparsiy. De Louisa os comparto más abajo un texto que publiqué en Facebook, pero antes os comento algo -sobre todo para quienes hayáis leído esta novela- es sobre un capítulo en el que se ve todo el asco que le da Josiah Bounderby ya desde niña que me dejó anonadada. Ahí Dickens me parece que quiso decir mucho más de lo que dice y no sé si soy yo quién lo veo o es así realmente... La segunda, mujer de posición elevada que baja en la escala social, se ve obligada a trabajar de ama de llaves y tiene tanta doblez que da momentos memorables. De veras, no os lo perdáis. Aunque hacia el final la hace Dickens demasiado grotesca es extraordinaria. 

TEXTO SOBRE LOUISA QUE TRASLADO DESDE FACEBOOK:
El talento de Charles Dickens para crear personajes memorables me sigue admirando cada vez que leo o releo una de sus obras. En TIEMPOS DIFÍCILES (Hard Times), el padre de Louisa Bounderby fanático de los hechos y que abomina de la imaginación como algo absolutamente pernicioso que hay que eliminar para que los niños se eduquen como es debido, sorprende a su hija y a otro de sus hijos espiando en un circo -algo inaudito para él- que ha llegado a la ciudad. Se los lleva diciéndoles cuánto le han decepcionado y que algo así no podrá volver a repetirse. El modo en que Dickens describe cómo Louisa mira a su padre y la forma en que responde a su reprimenda te la resalta de tal forma que tan solo ella te podría mantener aferrada al libro. Lo quieres saber todo, qué piensa, cómo será de adulta, si ha eliminado en efecto su padre todo rastro de fantasía de su interior... Cuando se queda ensimismada durante tanto tiempo ante el fuego o en silencio mira por la ventana te preguntas si queda algo por rescatar de su ser o el método educativo de su padre lo llenó de conocimientos arrasando todo lo demás. Sientes compasión y atracción... Es un enigma. Te la ha metido muy dentro en tan solo unas pocas líneas. Pero es que habrá otros, es que al más aburrido de ellos te lo hará interesante. Las criaturas de Dickens son para mí los personajes por excelencia de la literatura.

"Por completo indiferente, del todo autosuficiente, siempre con respuesta para cualquier pregunta y sin embargo nunca cómoda, con su cuerpo presente entre los otros ocupantes del salón y su espíritu aparentemente perdido en la soledad, no servía de nada lanzarse más allá para intentar entenderla, porque Louisa Bounderby frustraba cualquier posibilidad de comprensión".

No dejar de destacar antes de terminar que la magnífica traducción es de Jose Luis López Muñoz. Marca la diferencia.

Texto y fotografía: Ana Martínez García. 

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