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domingo, 9 de febrero de 2020


~EL BUEN SOLDADO~
de Ford Madox Ford


"Esta es la historia más triste que jamás he oído", así comienza EL BUEN SOLDADO, de Ford Madox Ford. Al leer las primeras líneas crees que exagera el narrador y que más bien parece una historia un poco frívola. Sin embargo...

Las dos parejas brindan en el Excelsior. Son guapos, elegantes y parecen unidos por una bonita amistad. Pero ¡cuidado!, una pequeña grieta se está formando en el cristal, casi imperceptible recorre las brillantes copas de champán. No, Leonora, mantiene su rictus perfecto. Es tan inglesa, tan contenida. Todo parece estar bien, será una sombra, un inofensivo juego de luces. Entonces el narrador se vuelve y nos mira, lectores, y ves en su sonrisa casi una disculpa, como si se compadeciera de nosotros. Sabe que los secretos que se dispone a desvelarnos harán estallar en pedazos su mundo de "gente bien", de privilegiados, pero también el nuestro.

Desde el principio este narrador, uno de los integrantes en esta "sincera" amistad, parece lamentar estropearnos la fiesta, pero lo cree necesario y con cuidado, poco a poco, nos va a ir contando lo que ocurrió durante los nueve años que duró su relación. Al parecer vivió esos años en una completa ignorancia, "pobre", diría él de sí mismo, pero cuando conoció todo lo que realmente ocurrió, porque otro integrante se lo contó, decidió no guardarse nada y compartirlo con nosotros. Las ruinas o no que queden tendremos que descubrirlas yendo de su mano. Pero ¿qué se guardará?, ¿nos lo contará todo o algunos de sus sentimientos tendremos que descubrirlos nosotros? Ah, aun así no os preocupéis, no es de esos libros que prometen mucho y luego te dejan con las manos vacías y llenos de dudas. Si bien no nos va a escamotear un buen final, que no digo si feliz o no, él no tiene por qué contarlo todo. Ya es mucho lo que nos va a desvelar.

Se unen las dos parejas por esas señales ¿fiables? de estar ante "gente bien" y la dolencia cardíaca de dos de ellos los llevará juntos y durante largos períodos de tiempo al mejor balneario para tratar estos problemas de los privilegiados que pueden permitírselo, donde coincidirán incluso con la realeza. Y aun con esos problemas de salud parecerán años dorados. Lo parecerán.




EL BUEN SOLDADO, es uno de esos títulos que desde hace años estaba en mi lista, pero siempre acababan tomándole otros la delantera y posponía su lectura una y otra vez. Pues bien, me ha gustado tantísimo que no he tenido suficiente con la edición que os muestro. Ha sido perfecta para leer este magnífico libro con la traducción de mi admirado Jose Luis López Muñoz. Lo cierto es que cuando decidí leerlo iba a comprarlo de otra editorial, pero al ver que en Alianza era este traductor, descarté de inmediato la otra. Tengo debilidad por él. Pero a lo que iba, es tal mi entusiasmo con esta novela que necesitaba saber más sobre el escritor y sobre la propia historia, detalles que se me hubieran escapado. Me fui a mi libro de "París era una fiesta", de Hemingway donde le dedica un capítulo muy curioso al escritor y al de Sylvia Beach, "Shakespeare & Company", donde también narra una anécdota muy divertida con Ford Madox Ford. Pero seguía necesitando más y me fui a ver si Cátedra lo había editado con uno de sus impagables estudios preliminares. Y sí, lo había hecho, peeero está descatalogado. Lo busqué en segunda mano y tardó el vendedor en responderme ¡más de una semana! Ahora lo estoy esperando y cuando lo lea habrá segunda sesión de este libro. No me quiero despedir de él. En la vida real no hay gente tan interesante como estos cuatro ¿amigos?

Esta novela es reconocida como una de las cien mejores del siglo XX. Y es realmente muy buena. El narrador va dosificando la información de un modo muy inteligente. Te mantiene en vilo, pero sin dejar de ir desvelando parte de ella para no crearte tanta ansiedad que no te permita disfrutar de la lectura por la impaciencia. Es una narrador muy ameno y muy cuco también. Pronto se le observan ciertas curiosidades, como por ejemplo, su continuo llamar "pobre" a algunos de los personajes de los que habla. Al principio es algo que  me pasó desapercibido, pero se repite tanto que pronto se hace evidente. Comencé a subrayarlas y al final acabé hasta contándolas. Lo dice alrededor de unas cuarenta y ocho veces en una novela que no llega a trescientas páginas. Tiene un propósito, claro. Y otras curiosidades que espero que descubráis.

Hay muy poco traducido de este hombre, este título y "El final del desfile" que no tardaré en leer. Muy buen escritor. Nieto además del pintor Ford Madox Brown, por el que se cambió el nombre en su honor, ya que en realidad se llamaba, Ford Hermann Hueffer, y al que escribió una biografía. Os dejo una fotografía de una de sus pinturas más conocidas que seguro que conocéis: ADIÓS A INGLATERRA.



Texto y primera fotografía: Ana Martínez García.

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