~BAJO LA RED~
Detesto los viajes de vuelta a Inglaterra; hasta que no entierro mi cabeza bien al fondo de mi querido Londres, para olvidar que he estado fuera, no tengo consuelo.
Londres pasaba rápidamente ante mí, amada ciudad, casi invisible en su familiaridad. South Kensington, Knightsbridge, Hyde Park Corner. Ese era el último acto que no iba a provocar ninguna pregunta ni exigir ninguna razón. Después vendría la larga agonía de la reflexión. Londres pasaba ante mí como la vida de un hombre que se estaba ahogando, al que se le presenta todo de una vez en el momento final. Pyccadilly, Shaftesbury Avenue, New Oxford Street, High Holborn.
***
BAJO LA RED, de Iris Murdoch, es una novela de aventuras que tienen lugar en dos ciudades, Londres y París. El inteligente, pero perdido Jake Donaghue, acompañado de su amigo Finn, va a recorrer la ciudad buscando alojamiento, ya que a ambos los han echado de su última vivienda. La urgente necesidad de buscar dónde vivir se va a traducir en una búsqueda mucho más importante, la del sentido de su propia vida. Jake es un escritor que se mantiene en la cuerda floja con trabajos ocasionales, eludiendo responsabilidades y dejándose llevar por la inercia en cuanto puede. El que Magdalen lo ponga de patitas en la calle lo va a empujar a salir de su cómodo, aunque insatisfactorio letargo. En su búsqueda hacia adelante, paradójicamente va a ser preciso que se reencuentre con su pasado y para ello se sucederán encuentros imprevistos, continuas complicaciones para las que tendrá que echar mano de todo su ingenio, nuevas amistades y algunas despedidas.
Ya en la primera línea del comienzo de esta novela ya se nombra a Finn, que nos da una clave muy importante del significado de lo que vamos a leer. Que el apellido del amigo que sigue a todas partes a Jake Donaghue sea el mismo de Huckleberry Finn, no parece una mera coincidencia. Son numerosos los paralelismos que podemos encontrar entre las aventuras de estos dos inolvidables personajes de Mark Twain, como la picaresca, el resolver con ingenio y humor los problemas que van surgiendo, incluido el homenaje a ese viaje por el río Mississippi, que aquí será el Támesis. Es más, existen unos rasgos disfuncionales que se encuadran en un síndrome conocido como el Síndrome de Huckleberry Finn en los que Jake encaja casi a la perfección. La figura de Finn, elusiva, que no terminas de captar, ni el mismo Jake lo conoce bien, se convierte en un momento dado en un símbolo muy claro de lo que nos quiere decir la autora con su presencia, en la superación del impasses que sufre nuestro protagonista.
El título también es muy significativo, y es que el final de la búsqueda de Jake está "bajo la red", pero, ¿qué significa eso exactamente? ¿Sabrá verlo? ¿Encontrará ese sentido que busca sin descanso y lo hará solo o a través de los demás? Aquí la dedicatoria a Raymond Queneau adquiere su significado. Pero esto lo dejamos para cuando leáis la novela y entonces lo comentamos. Porque entraría a desvelar demasiado... Los libros de Iris Murdoch están llenos a rebosar de alusiones literarias y filosóficas que encaja muy bien en sus argumentos. Ya lo dije cuando escribí sobre 'El Unicornio', era una gran escritora, pero también una gran lectora.
Iris Murdoch escribió su primera novela en 1954. Reconocida como una de las cien mejores del siglo XX -muy merecido-, en ella ya se encuentran algunos de los que serían sus temas más recurrentes: la literatura, la filosofía, la búsqueda de un sentido existencial, la amistad y el amor. Cuando decidí leer esta novela ya había leído tres títulos suyos y pensé que esta sería menos exigente y esperaba menos calidad. Nada de eso, es una maravilla. Lo bien escrita que está, la perfecta estructura, los paralelismos y homenajes literarios, los personajes tan bien definidos... Y algo que no siempre se ve y mucho menos en los escritores actuales, una idea clara de a dónde se pretende llegar, del mensaje que encierra y cómo se va a mostrar.
En mi cuarta novela que leo de Iris Murdoch ya puedo decir que se ha convertido en una de mis escritoras preferidas. Abrir uno de sus libros es garantía de una lectura que me va a tener agarrada hasta el final. Ni un solo momento, ni una linea que se me hiciera mínimamente pesada o aburrida. Jake es un personaje tan simpático, tan divertido, que no quería despedirme de él. Bueno, ¡y está Mars! Mars es un perro. En mi anterior reseña sobre un libro de esta autora ya lo señalé, era tan buena creando personajes que hasta los animales están bien trazados y te encariñas con ellos. Cómo no mencionar también la tienda de la señora Tinckham llena de gatos y que es tan importante para Jake. Los gatos, el humo de los cigarrillos y las novelitas descoloridas por el sol que ella lee una y otra vez...
Sin duda, un gran libro y con mensaje como debe tener la buena literatura. Desconfiad de aquellos libros de los que no podáis extraer un significado, algo va mal en ellos.
Texto y fotografía: Ana Martínez García.
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