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lunes, 27 de abril de 2020


~EN LA JAULA~
de Henry James


En justicia, debería decirle que reconozco en Cocker's algunos alicientes. Vienen todos ustedes. Me gustan todos los horrores.
-¿Los horrores?
-Los que me muestran todos ustedes, Ya sabe de quiénes hablo, de los de su clase, con la conciencia tan tranquila como si yo no tuviera más sentimientos que un buzón.

***

Henry James es el gran escritor de la realidad interior y desde el proceso íntimo que tiene lugar en sus personajes vamos conociendo la experiencia vivida del exterior y cómo les afecta y su particular mirada respecto a ella. Lo fiables en sus narraciones que puedan ser estos personajes deberemos dilucidarlo los lectores. Así a menudo sus novelas en las que utilizó el recurso del punto de vista nos pueden parecer si no estamos atentos que no llegan a un desenlace demasiado claro. Pero en todas sus novelas tiene lugar un progresivo desentrañamiento. Nos va dando todas las claves y ese significativo mensaje que debe alojar toda buena obra literaria nos es entregado al final. Existen escritores que dotan sus libros de mucha complejidad y solo son picar piedra para no llegar a ningún lado. No ocurre así con un escritor tan grande como James. A medida que fue evolucionando como escritor es cierto que sus obras se fueron haciendo más complejas, así en su primera y segunda etapa requieren una atención menor, aunque importante, y ya en su tercera etapa, debemos tener más paciencia y no pasar por alto ningún detalle. Pero en todas está la recompensa. Es por lo que sus novelas hay que degustarlas con calma, disfrutar de cada matiz. En sus escritos nada es gratuito. Su vida la entregó a la literatura y su obra es puro arte y de ella siempre regresamos con una mayor profundidad en la mirada. 

EN LA JAULA nos encontramos con una novela corta de su segunda etapa y con un Henry James más preocupado por las dificultades sociales. Una joven, que pertenecía a un estatus más elevado y que había caído en la pobreza, trabaja tras el mostrador de una oficina de correos en un elegante distrito londinense. Desde la elevada posición de sus clientes alguien como ella no debe contar demasiado. Sin embargo, a través de los telegramas que se envían puede tener acceso a secretos e intimidades muy significativas y que le darán una aureola a su trabajo más interesante. Desde la "jaula" dejará volar su imaginación cuando atenta a los sujetos más atrayentes se fijará en el capitán Everard y en Cissy o Mary, aunque estos tal vez no sean sus verdaderos nombres. En estas, su prometido la presiona para mudarse a un puesto que esté más cerca de él, pero ella lo va demorando, pues antes tiene algo muy importante que resolver.

El modo en que describe todo el proceso mental de la joven protagonista es de un virtuosismo asombroso. Su evolución emocional y moral. Y muy destacable siempre con este escritor su percepción y su análisis de las sutilezas sociales propias, que nos hablan de un gran observador. Nunca podría imaginarme a James como un miembro participativo de la sociedad, sino como un atento testigo de lo que en ella acontece y de los entramados a menudo despiadados entre sus componentes. Lo imagino a cierta distancia disfrutando de cada gesto, cada palabra con doble significado, las rivalidades, las disimuladas zancadillas... Un hombre con tanta curiosidad, mundo interior y talento que jamás se aburriría.

Hace unos días ponía unos textos extraídos de esta novela y todos tenían algo que se repetía: las novelas de medio penique. Las menciona hasta en cuatro ocasiones en una novela que no llega a las doscientas páginas. ¡Luego diremos que no nos das pistas suficientes de a dónde quiere llegar! En los grandes no hay engaño, siempre hay recompensa y si no la vemos es porque o no hemos estado atentos, no hemos sabido verlo o no es un buen escritor el que tenemos delante. Henry James era de los mejores. De todos modos, es esta una novela más accesible y muy pocos lectores se les escaparía su principal sentido y el razón de que citara estas novelitas.

Una delicia que hace tiempo quería leer. Pero ha sido en estos momentos de confinamiento que me pareció que el título adquiría un mayor significado y que no debía demorar más su lectura. Su protagonista debe echar mano de su imaginación para no perecer de aburrimiento en un trabajo tedioso y gris, donde su orgullo, además, es puesto a prueba a menudo. Desde nuestras "jaulas" los libros y nuestra imaginación nos permiten abrir puertas y ventanas e incluso colarnos por entre los huecos de las rejas. No lo olvidemos y ayudemos en la medida que podamos a las pequeñas librerías, los templos de los libros que desde el primer momento debieron verse como artículos de primera necesidad.

Texto y fotografía: Ana Martínez García.



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