Bienvenidos

miércoles, 30 de septiembre de 2020


~2666~

LA PARTE DE LOS CRÍTICOS

de Roberto Bolaño 


    ...la figura de cuatro ángulos que componían los archimboldianos era impenetrable y también, a esa hora de la noche, susceptible de volverse violentamente contra cualquier injerencia ajena. Al final siempre quedaban ellos cuatro caminando por las calles de Avignon con la misma despreocupada felicidad con que habían caminado por las renegridas y funcionariales calles de Bremen y como caminarían por las variopintas calles que el futuro les tenía reservadas, Morini empuaJdo por Norton, con Pelletier a su izquierda y Espinoza a su derecha, o Pelletier empujando la silla de ruedas de Morini, con Espinoza a su izquierda y Norton, delante de ellos, caminando hacia atrás y riéndose con la plenitud de sus veintiséis años, una risa magnífica que ellos no tardaron en imitar aunque ciertamente hubieran preferido no reírse y sólo mirarla, o bien los cuatro alineados y detenidos junto al murete de un río historiado, es decir de un río que ya no era salvaje, hablando de su obsesión alemana sin interrumpirse entre ellos, ejerciendo y degustando la inteligencia del otro, con largos intervalos de silencio que ni siquiera la lluvia podía alterar.

 Dada la magnitud de 2666, de Roberto Bolaño y ya que está articulada en cinco partes, voy a dividir la reseña en tantos textos como partes tiene. 

Este primer texto corresponde a LA PARTE DE LOS CRÍTICOS:

Los cuatro críticos literarios, el francés Jean-Claude Pelletier, el italiano Piero Morini, el español Manuel Espinoza y la inglesa Liz Norton, tienen en común el gran interés que sienten por un escritor alemán de éxito irregular, Benno von Archimboldi. Los cuatro se van a conocer en uno de tantos congresos sobre literatura alemana a los que acuden y lo que comienza por un mismo interés profesional los acaba convirtiendo en grandes amigos.  

Las investigaciones de los críticos sobre Archimboldi les llevan a dar siempre con la misma barrera infranqueable al tratarse de un escritor muy oculto y desconocido. Apenas se sabe nada de su vida, se desconoce su paradero y prácticamente solo disponen de su obra para el desarrollo de sus trabajos sobre él. En uno de los muchos congresos en los que se encuentran van a dar con una pista que parece más fiable y que les llevará hasta Santa Teresa -ciudad inventada por Bolaño que representa Ciudad Juárez-, en Mexico. Allí sabrán de los numerosos asesinatos de mujeres en Sonora, estado de Santa Teresa.

Antes de proseguir os voy a confesar que es imposible que yo logre transmitiros ni mínimamente lo grande que es esta novela y no estoy hablando de sus más de mil páginas. Es lo de menos. No puedo ni siquiera escribir estas palabras sin dejar de notar un nudo en la garganta por la emoción. Es tan grande, literariamente hablando, es tan hermosa y tan dura y dolorosa a la vez, que me siento incapaz de hacerle justicia como merece. Es ese tipo de novelas de las que no vuelves igual. Desde un punto de vista literario siento que he regresado mejor, enriquecida; desde el humano, he vuelto rota. 

Por qué te rompe esta novela. Porque Roberto Bolaño tres años antes de morir, con la muerte metiéndole prisa, les rinde tributo a las cientos de mujeres que fueron violadas, torturadas y asesinadas en Ciudad Juárez y que durante mucho tiempo pareció que no importaban a casi nadie. Les erige un monumento literario de enorme importancia. Mezcla ficción y realidad y con su descomunal talento les hace una ofrenda de conmiseración en una bellísima urdimbre literaria.

Aquí en esta primera parte, la de los críticos, se enteran de estos crímenes estando en Santa Teresa, pero no los vamos a conocer todavía. Según avanza la novela iremos teniendo más datos sobre ellos hasta llegar a la cuarta parte, la de los crímenes, que es la más dura y de la que ya hablaré en su momento. Antes de llegar a Santa Teresa además de la amistad que se va fraguando entre los cuatro críticos y sus investigaciones sobre Archimboldi hay historias de amor, de sexo y otras muchas narraciones que les llegan a ellos o se les entrecruzan y nos serán relatadas. Hay abundancia de personajes. Os aconsejo que os hagáis una lista. Unos no volverán a salir, otros volverán en las otras partes o aunque no salgan se establecerá con ellos alguna conexión clave en la novela. 

Lo más destacable de esta parte, aunque todo es una maravilla, es cuando llegan a Santa Teresa y Bolaño te transmite de un modo casi palpable, pero de un modo sutil, que esta ciudad es un lugar diferente, como de otro mundo. Y es como un cambio del propio aire, como si la capa atmosférica sufriera una modificación sustancial y entrara en otra dimensión. Hay un momento en el que los críticos tienen unos sueños en sus cuartos que en sí mismos ya son unos relatos magníficos, inquietantes, alguno casi aterrador. Pero es que en el significado que adquieren en el conjunto de la novela es una genialidad. 

La prosa de Bolaño al pronto no es intrincada o es engañosamente sencilla y es muy adictiva porque todo el tiempo sientes que está pasando algo fundamental o que va a pasar. Da bastantes datos, se entrecruzan muchas historias, hay numerosas referencias literarias, filosóficas e históricas. Y siempre parece que si te dejas un dato te vas a perder más adelante. No tiene por qué suceder. Hay conexiones más importantes que otras y si las olvidas o no las tienen en cuenta no te pierdes, pero disfrutarás menos de la novela, desde luego. 

Dicho todo lo anterior, 2666 es una obra que no voy a aconsejar a nadie que la lea. No quiero esa responsabilidad. Me explico. Algo tan grande cada lector tiene que decidirlo por sí mismo. Sí os digo que en mi humilde opinión es una obra muy buena, muy importante, desde su valor literario de una influencia enorme, que ya se ha ido viendo y que se irá viendo aún más según pase el tiempo. Es una novela que rompe con lo que había, Bolaño es un innovador y explora diferentes modos de narrar no explorados. 

Texto y foto: Ana Martínez García.

No hay comentarios:

Publicar un comentario