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miércoles, 20 de enero de 2021


LA HERENCIA DE ESZTER

de Sándor Márai



Los demás nos asignaban a Nunu y a mí, un lugar en el mundo, nos adjudicaban un rincón tranquilo donde podíamos vivir nuestras vidas sin que nadie nos molestara.

Eszter sintiendo cercana la muerte quiere dejar por escrito su historia, la historia de un expolio material y sentimental. Perteneciente a una familia acomodada, vio como el hombre que amaba destruía a sus miembros arrebatándoles cuanto tenían. Todo comenzó cuanto tiempo atrás, reciben en casa a un amigo de su hermano Laci. Pero este amigo, Lajos, encantador y con una arrolladora personalidad, también es un vividor, mentiroso e interesado que trastocará sus vidas para siempre, ya que consciente de su poder de seducción y carente de escrúpulos, no dudará en engañar y manipular para obtener de ellos cuanto le sea posible. Después de veinte años sin verle, cuando ya solo viven Eszter y su fiel Nunu en la casa familiar con el hermoso jardín de forma muy humilde, pero en serena y resignada convivencia, reciben una carta de Lajos en la que les comunica su próxima llegada. Los recuerdos y el temor se apoderan entonces de ella, pero a la vez se siente arrastrada por sentimientos contradictorios. Por un lado es muy consciente de que él no ha cambiado y por otro su ánimo recuerda cómo le hacía sentir su supuesto amor. 

Hay seres que se adhieren a la piel, la traspasan, son invasores que se apoderan de todo lo que encuentran, tan dañinos que incluso cuando descubres su verdadera naturaleza ya puede ser demasiado tarde. Querer desterrarlos del ser es como arrancarse la piel, es como destruir el flujo que mueve la sangre. Lajos es uno de esos seres que subyugan a quienes se acercan y les infunden una clase de entusiasmo por la vida que no conocían. Ante él, como si sus vidas no hubieran sido más que apagados ensayos, sienten un reajuste vital absolutamente dependiente de su influjo. Ya que se puede sentir por una persona algo parecido a una adicción y por más que se razone, por más que se sepa que estamos ante alguien de dudosa catadura moral, su poder es más fuerte que la voluntad de resistir. Es por lo que un estado de inercia se apodera de quienes son arrollados por personalidades semejantes. Se agotan y sin fuerzas no conciben volver a comenzar, volver a reconstruirse.

Las complejas relaciones interpersonales, el amor desde diferentes puntos de vista, la traición, el destino, la vejez y la dificultad -en el caso de las mujeres- para tomar de nuevo las riendas de unas vidas de las que se hicieron cargo otros desde la más tierna infancia, son algunos de los temas que trata Sándor Márai en esta magnífica y redonda novela. Dice Eszter que no sabe apenas nada de la realidad. Vive en una burbuja, en este mundo, pero ajena a él. Otros han dispuesto de su existencia y lo hayan hecho mal o bien, ella esperaba a lo que viniera con resignada conformidad. Pero al tener de nuevo delante a Lajos, que tanto daño le hizo, y conociéndole mejor que nadie, tal vez sea el momento al fin de ajustar cuentas...

Hacía tiempo que no leía al escritor húngaro, Sándor Márai, y jugando con uno de sus mejores títulos, he de decir que ha sido un maravilloso reencuentro. He paseado por el hermoso jardín de Eszter y por un tiempo, dada la situación que tenemos, he querido decir como ella, que sé muy poco de la realidad.

Texto y fotografía: Ana Martínez García.


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