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lunes, 24 de mayo de 2021

 BERLÍN SECRETO

de Franz Hessel


Un día soñamos con una vida plena de significado y se nos quedó el sueño inerte en las manos, como un famélico y laxo muñeco de goma al que iremos cambiando de lugar, temiendo tirarlo de una vez, pero sin que ya sirva para nada. Sueños creados en serie que irán sustituyendo los perdidos en cada nuevo cumpleaños, caídos tras las puertas cerradas, golpeados por los esbirros de la realidad. Quién diseña esos sueños que solo se pagan con dinero y no son más que plástico muerto. 

Hay personas a las que otros miran no por lo que realmente son, sino por lo que representan. Así ocurre con Wendelin, joven de vida bohemia al que su madre por carta le exige que deje Berlín y se haga agricultor. Pero él lleva el sueño primigenio todavía vivo en la mirada y a su alrededor se quedan prendados de su brillo. 

Karola, bella y amada, se desentiende de responsabilidades de las que se hace cargo su hermana; mientras, su marido, metido en sus libros, aguarda a que regrese de vivir las últimas madrugadas de inconsciente juventud. En la minúscula pensión de Wendelin, en los cabarets, cafés y avenidas de Berlín, siempre rodeada de amigos vive la noche, vive planeando un futuro en el que huya de esa rutina que le roba las posibilidades de una existencia plena.

Pero una manita tira de Karola y Wendelin no es consciente de ello, solo nota que ella se le escapa. Tal vez estuvo demasiado distraído... Quizás pensó en otra mujer, en buscar la esencia de sus caderas. No puede permitir que se le escape; huirán juntos, huirán de todo. Hay que seguir hablando del Viaje.

"¿Pero quieres volver a ser un bebé, mamá?". "Sí", dije, "quiero volver a empezar desde el principio y ser del todo diferente". Entonces vi en el vidrio cómo su carita, que antes había estado risueña, se iba desfigurando, cuánto lo desconcertaba pensar que yo tenía otras posibilidades, no solo la de... ser su madre... en realidad sólo "mamá".

El dinero es un problema, claro, siempre lo es. Hay que ceder ante los que lo tienen para seguir viviendo en la aventura, en la ilusión, no ser como el resto, no dejarse atrapar. Y el precio es muy alto. La juventud se ahoga en las madrugadas frías cuando al apurar las copas, las responsabilidades están siempre en el fondo aguardándote. 

***

Franz Hessell (1880-1941) fue un conocido intelectual alemán, representante por excelencia del flâneur moderno, que tiene su origen en Baudelaire y al que se le llamaría "el constructor de Berlín". He de decir que me llevó a él mi admirado Walter Benjamin, para el que representó un gran influencia a la hora de escribir su libro de LOS PASAJES. Y, claro está, que Benjamin no me iba a llevar hasta un mal escritor. En sus largos paseos juntos por la ciudad, las obras de ambos se iban construyendo en sus insignes cabezas. El deleite que supondría escuchar sus conversaciones no lo podremos vivir, pero esta una parte importante en sus escritos. Cómo no leerlos. Cómo no pasear de alguna manera junto a ellos por Berlín o París. Nos mostrarán las ciudades como nunca las hemos visto.

Texto y fotografía: Ana Martínez García.

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