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domingo, 2 de enero de 2022

RECUERDOS DE UN JARDINERO INGLÉS

de Reginald Arkell


Hay libros tan entrañables que se siente el impulso de abrazarlos. Sin duda, RECUERDOS DE UN JARDINERO INGLÉS, de Reginald Arkell, es uno de esos libros. Sin buscarlo, ha supuesto otra idónea lectura de Navidad. Y es que en esta novela encantadora y emotiva se ensalzan principios fundamentales como la lealtad, el respeto, la generosidad, la comprensión y la gratitud, entre otros. Se resalta la importancia del amor por el trabajo bien hecho, la constancia y la transmisión de saberes.

Bert Pinnegar, anciano jardinero que ha trabajado toda su vida en los jardines de una mansión, de forma sencilla, con humor y aparente ingenuidad tras la que se trasluce una gran inteligencia, nos mostrará a través de su historia que desarrollar una profesión vocacional con entrega y mimo puede ser la mayor de las bendiciones. Dos mujeres serán fundamentales para que escape de un destino trazado para los de su clase y él jamás lo olvidará.

"Era una de esas mañanas de otoño en las que la niebla temprana se había convertido en una fina lluvia y todo goteaba". A partir de un comienzo tan prometedor en el que las flores brillarán bajo esa lluvia fina, emprenderemos los lectores el paseo por las páginas de este libro y no dejaremos de deleitarnos ante la contemplación de un cuidado y hermoso jardín. El conocer las peculiaridades de muchas de las flores de este libro supondrá, además de un aprendizaje, un goce para los sentidos, pero también, curiosamente, se convertirá en una lección valiosísima de vida. El anciano jardinero desde su jardín nos llevará hasta el niño solitario que fue y que olvidaba otros juegos maravillado por la variedad de flores silvestres que encontraba a la orilla del viejo canal; lo acompañaremos en sus inicios en la profesión y posterior afianzamiento en la misma; contemplaremos con ternura sus titubeos en el amor; pasaremos por dos guerras que quedarán de fondo, hasta encontrarnos de nuevo con al anciano, más cascarrabias, del final de su existencia. Durante todo ese tiempo, el amor por la jardinería, propiciará que se establezca un fuerte vínculo entre la dueña de la mansión, Charlotte Charteris, y él, que irá más allá de lo acostumbrado en una relación habitual entre jefe y empleado. 

Una lectura preciosa con la que lloré, reí e incluso aprendí. Una lectura para abrazarla y que nos abrace.

Texto y fotografía: Ana Martínez García.

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